
La Deirochelys reticularia e igualmente conocida como tortuga reticulada o tortuga pollo , emerge como una de las joyas biológicas poco comunes. El nombre pollo o chicken turtle hace referencia al sabor de su carne la cual fue muy apreciada al sur de Estados Unidos quienes afirman que tiene similitud al pollo.
La tortuga reticulada, Deirochelys reticularia, pertenece al reino Animalia, filo Chordata, clase Reptilia, orden Testudines y familia Emydidae. Dentro de este género, se distinguen dos subespecies reconocidas: D. r. reticularia y D. r. miaria, ambas compartiendo similitudes anatómicas y comportamentales, pero con distribuciones geográficas ligeramente diferentes.
Características
La tortuga reticulada presenta un caparazón distintivo, de forma ovalada y abovedada, que puede alcanzar longitudes de hasta 20 centímetros en los adultos. Su coloración varía desde marrones oscuros hasta tonos más claros, con manchas amarillas dispersas que se asemejan a una red, de donde deriva su nombre común. Este patrón reticulado no solo proporciona camuflaje en su hábitat natural, sino que también ayuda en la regulación térmica.

En cuanto a su anatomía, estas tortugas tienen extremidades robustas con garras bien desarrolladas, adaptadas para excavar, trepar y nadar. Su cabeza es relativamente pequeña, con un pico córneo que utilizan para manipular alimentos y explorar su entorno. Las tortugas reticulares tienen una esperanza de vida superior a los 20 años de edad en la naturaleza.
Alimentación
La dieta de la tortuga reticulada es omnívora, aunque su alimentación varía según la disponibilidad estacional y local de recursos. En su mayoría, se alimentan de una variedad de insectos, gusanos, crustáceos, moluscos y plantas acuáticas. Su capacidad para adaptarse a diferentes fuentes de alimento contribuye a su éxito como especie.
Estas tortugas también desempeñan un papel importante en los ecosistemas acuáticos, ya que actúan como depredadores de control biológico, regulando las poblaciones de invertebrados y manteniendo la salud de los sistemas acuáticos.
Hábitat

La tortuga reticulada se distribuye en una amplia gama de hábitats acuáticos del sureste de Estados Unidos, desde los ríos y arroyos de agua dulce hasta los humedales y estanques. Prefieren cuerpos de agua con fondos fangosos y vegetación abundante, donde pueden encontrar refugio y alimento.
Estas tortugas son criaturas semi-acuáticas, pasando parte de su tiempo en el agua y parte en tierra firme. Son expertas nadadoras y pueden viajar largas distancias en busca de alimento o para reproducirse.
Reproducción
La reproducción de la tortuga reticulada generalmente ocurre durante la primavera y el verano. Las hembras anidan en tierra, buscando áreas con suelo suelto y vegetación densa. Excavan nidos poco profundos donde depositan un un máximo de 19 huevos, los cuales pueden tardar hasta 159 días en eclosionar. El sexo de las crías es influenciado por la temperatura.
Las crías son independientes desde el momento de la eclosión y deben valerse por sí mismas para sobrevivir. A medida que crecen, las tortugas reticuladas enfrentan múltiples amenazas, incluidos depredadores naturales y actividades humanas.
Deirochelys reticularia y su conservación
A pesar de su amplia distribución, la tortuga reticulada enfrenta numerosas amenazas que han llevado a una disminución significativa de sus poblaciones en algunas áreas. La degradación del hábitat debido a la urbanización, la contaminación del agua, la pérdida de humedales y la fragmentación del paisaje son algunas de las principales preocupaciones para la conservación de esta especie.
Además, el comercio ilegal de mascotas y la mortalidad por atropellos en carreteras también representan riesgos significativos para su supervivencia. Afortunadamente, varios esfuerzos de conservación están en marcha para proteger a la tortuga reticulada y su hábitat. La creación de áreas protegidas, la educación pública sobre su importancia ecológica y la implementación de medidas para reducir la mortalidad por tráfico son algunas de las estrategias clave para su conservación a largo plazo.
En conclusión, la tortuga reticulada, Deirochelys reticularia, es una especie notable que desempeña un papel vital en los ecosistemas acuáticos de la zona sur de América. Su distintivo caparazón reticulado y su estilo de vida semi-acuático la convierten en un objeto de fascinación tanto para científicos como para entusiastas de la naturaleza. Sin embargo, su conservación requiere esfuerzos concertados para abordar las amenazas que enfrenta y garantizar su supervivencia para las generaciones futuras.